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LAUDATO SI
Laudato Si’ es una encíclica del Papa Francisco publicada en mayo de 2015. Se centra en el cuidado del entorno natural y de todas las personas, así como en cuestiones más amplias de la relación entre Dios, los seres humanos y la Tierra. El subtítulo de la encíclica, «El cuidado de nuestra casa común».
La encíclica se centra en el planeta Tierra como lugar en el que viven las personas, defendiendo la naturaleza, la vida animal y las reformas energéticas en los seis capítulos compuestos.
POLITICAS PÚBLICAS
Alentamos a que las políticas públicas afronten de mejor manera la relación de cuestiones sociales, económicas, culturales y políticas para establecer una Gobernanza Ambiental que lleve al cuidado de nuestra casa común.
Que se promueva la justicia social y económica, la integridad ecológica y una cultura de paz.
Incidir por la Justicia Ambiental
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a nivel local, en cuestiones como la calidad de los residuos, del aire y del agua, y la promoción de la eficiencia energética y de las energías renovables para eliminar progresivamente el uso de combustibles fósiles.
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a nivel nacional, sobre las normas medioambientales nacionales y la realización de la Contribución Prevista y Determinada a Nivel Nacional (INDC) para reducir las emisiones de carbono
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¿Qué significa Laudato Si’?
La Encíclica toma su nombre de la invocación de san Francisco, «Laudato si’, mi’ Signore», que en el Cántico de las creaturas que recuerda que la tierra, nuestra casa común, «es también como una hermana con la que compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos »
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Contenido de Laudato SI
Capítulo 1. Lo que le está pasando a nuestra tierra
Aborda las recientes investigaciones sobre la situación medioambiental y la crisis ecológica, interpretándolas como el "grito de la creación" que pide soluciones.
Subtemas:
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Contaminación, basura y cultura del descarte (20-22)
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El clima como bien común (23-26)
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La cuestión del agua (27-31)
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Pérdida de biodiversidad (32-42)
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Deterioro de la calidad de la vida humana y decadencia social (43-47)
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Inequidad planetaria (48-52)
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La debilidad de las reacciones (53-59)
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Diversidad de opiniones (60-61)
Capítulo 2. El Evangelio de la creación
Para afrontar estas problemáticas, la encíclica, basado en los relatos bíblicos de la creación, ofrece una visión general que sobre la naturaleza ofrece la tradición cristiana, y expresa la responsabilidad que los seres humanos tienen con la creación y los lazos que unen a todos los seres de la naturaleza, considerando el medio ambiente como un patrimonio común y una responsabilidad de todos.
Subtemas:
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La luz que ofrece la fe (63-64)
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La sabiduría de los relatos bíblicos (65-75)
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El misterio del universo (76-83)
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El mensaje de cada criatura en la armonía de todo lo creado (84-88)
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Una comunión universal (89-92)
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Destino común de los bienes (93-95)
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La mirada de Jesús (96-100)
Capítulo 4. Una ecología integral
Se trata del centro de la encíclica. Aquí se hace la propuesta de solución: una ecología integral como nuevo paradigma de justicia, una ecología que «incorpore el lugar peculiar del ser humano en este mundo y sus relaciones con la realidad que lo rodea»
Es decir, considera que existe un vínculo entre cuestiones ambientales, sociales y humanas que no puede romperse ni separarse, de manera que las soluciones deben ser integrales "que consideren las interacciones de los sistemas naturales entre sí y con los sistemas sociales" (139), pues no hay dos crisis separadas (ambiental y social) sino una sola. Los problemas deben abordarse de manera integral, lo que implica un trabajo colectivo.
Subtemas:
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Ecología ambiental, económica y social (138-142)
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Ecología cultural (143-146)
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Ecología de la vida cotidiana (147-155)
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El principio del bien común (156-158)
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La justicia entre las generaciones (159-162)
Capítulo 5. Algunas líneas de orientación y acción
La encíclica no pretende dar soluciones definitivas, pero sí ofrece la manera como se debe llegar a ellas: construir soluciones concretas y estables a través del diálogo y el consenso; los debates deben ser honestos y no caer en la ideologización. En dicha construcción deben participar todos: los estados, las organizaciones sociales, las entidades supranacionales, y por supuesto, las religiones, las cuales deben también abrirse a un diálogo con las ciencias.
Subtemas:
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El diálogo sobre el ambiente en la política internacional (164-175)
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El diálogo hacia nuevas políticas nacionales y locales (176-181)
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Favorecer debates sinceros y honestos (182-188)
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Política y economía en diálogo para la plenitud humana (189-198)
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Las religiones en el diálogo con las ciencias (199-201)
Capítulo 3. Raíz humana de la crisis ecológica
El capítulo ofrece un análisis de la situación medioambiental, concentrándose en las causas humanas de la misma: la tecnología, el modelo económico, la globalización, el antropocentrismo, etc.
Subtemas:
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La tecnología: creatividad y poder (102-105)
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La globalización del paradigma tecnológico (106-114)
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Crisis y consecuencias del antropocentrismo moderno (115-121)
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Mediación de los leyes del papa (122-142)
Capítulo 6. Educación y espiritualidad ecológica
La encíclica invita aquí a una "conversión" ecológica. Es necesario rediseñar hábitos y comportamientos. Para ello es clave la educación y los programas de formación, que deben iniciar desde la escuela, la familia, los medios de comunicación y la catequesis/formación religiosa que se da a los creyentes.
Subtemas:
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Apostar por otro estilo de vida (203-208)
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Educación para la alianza entre humanidad y ambiente (209-215)
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La conversión ecológica (216-221)
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Gozo y paz (222-227)
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Amor civil y político (228-232)
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Los signos sacramentales y el descanso celebrativo (233-237)
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La Trinidad y la relación entre las criaturas (238-240)
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La Reina de todo lo creado (241-242)
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Más allá del sol (243-246)
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Laudato Si y Carta de la Tierra
Para la red global de la Carta de la Tierra este documento es de suma importancia, ya que el Papa Francisco hace una referencia explícita a la Carta de la Tierra en el párrafo 207, que está en el Capítulo Sexto sobre Educación y Espiritualidad Ecológica:
207. La Carta de la Tierra nos invitaba a todos a dejar atrás una etapa de autodestrucción y a comenzar de nuevo, pero todavía no hemos desarrollado una conciencia universal que lo haga posible. Por eso me atrevo a proponer nuevamente aquel precioso desafío: «Como nunca antes en la historia, el destino común nos hace un llamado a buscar un nuevo comienzo […] Que el nuestro sea un tiempo que se recuerde por el despertar de una nueva reverencia ante la vida; por la firme resolución de alcanzar la sostenibilidad; por el aceleramiento en la lucha por la justicia y la paz y por la alegre celebración de la vida»
Tanto la Carta de la Tierra como esta encíclica papal hacen un llamado a un cambio de paradigma, hacia adoptar un estilo de vida sostenible.